La batalla de las ideas: el control de los medios de comunicación y de los mensajes

Los medios de comunicación son el recurso privilegiado para convencer a la opinión pública, que recibe a través de ellos los datos y los argumentos que la forman.

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  1. La comunicación al servicio del poder

Los medios de comunicación son el recurso privilegiado para convencer a la opinión pública, que recibe a través de ellos los datos y los argumentos que la forman. Nuestra hipótesis es que sirven al poder establecido, en cuyo núcleo la plutocracia de quienes manejan mucho dinero, propio o de terceros.  Para ello no necesitan un programa preciso, si no la constancia y la repetición del mensaje por diversos modos y vías hasta alcanzar la persuasión. Veamos, pues, los principios generales y los filtros de lo que enuncian los medios de comunicación masivos, que fabrican el consenso social, según el famoso lingüista Noam Chomsky y sus colegas.

Los principios son simples: Uno, las élites intelectuales deben pensar que las mayorías sociales (“las masas”) no saben lo que quieren. Son los gobernantes e intelectuales al servicio del poder los que conocen los auténticos “intereses nacionales”, quizá pronto “intereses globales”. Dos, hay unas pocas posiciones en competición, normalmente dos, que comparten como núcleo del mensaje los proyectos sociales del poder (ahora, el proyecto neoliberal), y que ofrecen sendas visiones y soluciones en apariencia contrapuestas. Los puntos de vista que cuestionan esos proyectos son marginadas en los medios de comunicación masivos. Incluso, los puntos de vista marginales, son útiles para demostrar el pluralismo del régimen.

Los 5 filtros de la comunicación son, a saber: 1) todos los grandes medios son propiedad de la plutocracia; 2) dependen de la publicidad masiva de grandes empresas o del gobierno; 3) necesitan un flujo continuo de noticias que proceden de los gabinetes de prensa del gobierno, de las grandes empresas, universidades, laboratorios de ideas o centros de estudios que financian las plutocracias; 4) las opiniones críticas e informaciones comprometidas que posea la opinión pública son contrarrestadas por respuestas preparadas por gabinetes de prensa, laboratorios de ideas u oficinas de relaciones públicas igualmente financiadas por la plutocracia o el poder político; y 5) las opiniones disidentes son acusadas de crear división.

Pero, cuando no sólo se trata de decir a la gente qué (bobadas) tienen que pensar. Cuando no sólo existe un proyecto para mantener el statu quo, sino que (el proyecto neoliberal) pretende orientar los cambios en las instituciones para que respondan a las exigencias incrementadas de los plutócratas, es necesario un control más exhaustivo de los medios de comunicación.

  1. La ciudadanía en la telaraña: panorama de la propiedad de los medios

El catedrático de estructura de la información de la Universidad de Sevilla, Ramón Reig, denomina telaraña mediática a la red de intereses que poseen  y controlan los medios. Intereses que determinan, o al menos condicionan estrechamente, el mensaje. La causa de ese fenómeno es la concentración de la propiedad de todos los sectores, incluidos los medios de comunicación, en unos pocos grandes grupos, detrás de los cuales se hallan unas cuantas grandes fortunas, entidades financieras y redes o grupos de intereses, ligados entre sí.

Son grandes grupos multimedia, en cuya propiedad participan ­otros sectores, del espectáculo al automóvil, las armas, la alimentación, las farmacéuticas, la construcción, la energía, etc., y, destacadamente, el sector financiero.

Es un fenómeno mundial. A su vez los grandes grupos transnacionales tienen una fuerte posición, en todas partes. En el caso de España hay siete grandes grupos, auténticos conglomerados multimedia de la prensa al libro, radio, televisión e Internet. A saber:

– El grupo Prisa, edita El Pais, el diario de mayor difusión, y controla Unión Radio (la principal red). En TV, apostó fuerte con Cuatro, CNN+, Localia y Digital+ lo que está detrás de su crisis financiera. Vendió la primera a Telecinco y la tercera a Telefónica-MoviStar y cerró la segunda. Prisa se salvó de la quiebra entregando acciones a las entidades acreedoras y fondos especulativos. En marzo de 2015, según la Wikipedia, pertenece en un 23’2% a bancos, -9% a Caixabank, 4’6% al Santander, 9’6% al HSBC-. Un 4’5% es de Telefónica, el 9’3% de Roberto Alcántara, empresario mexicano del transporte, y al de construcción, energía y alimentación, Ghanim Al Hodaifi Al Kuwari, cercano al emir de Kuwait, un 10%.  A la familia Polanco le queda el 19’5%. El resto es de fondos especulativos. Este grupo cercano al PSOE en política apoya a su sector más derechista, del expresidente González, y en economía al sector neoliberal. Como veremos ni siquiera Zapatero en su etapa de gobierno se sintió cómodo con ellos. Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo del Grupo Prisa, forma parte del club de Bilderberg.

– Unidad Editorial S.A, editora de El Mundo, el segundo diario en difusión y de Marca, el deportivo más difundido, tras la absorción del Grupo Recoletos. Cuenta con el diario económico de más tirada, Expansión. Posee Radio Marca y una participación minoritaria de esRadio, junto con el ultraconservador Libertad Digital. Ha cedido Veo TV, su espacio en la TDT, a la cadena eclesiástica 13TV y a Discovery Max, de la transnacional Discovery. El Grupo del Mundo, muy ligado a las aventuras y desventuras de Pedro J Ramírez, creció al calor de la denuncia de la corrupción del PSOE (los papeles de Perote, el espía), aunó lectores del PP, Pedro J se convirtió en íntimo de Aznar, con apoyos de la I.U. de Anguita que intentaba sobrepasar al PSOE. Aunque apoya al PP, tiene serias diferencias con Rajoy. La exclusión de Pedro J y la caída de la lideresa (Esperanza Aguirre) lo ha descolocado, pero mantiene cierto perfil de azote de corruptos, sin dejar posiciones cercanas al franquismo sociológico y, por supuesto, al neoliberalismo económico. Tras muchos tumbos, hoy pertenece al Grupo del Corriere della Sera, el mayor diario italiano, cuyo principal accionista es la Fiat y los intereses alrededor de la misma.

– El grupo VOCENTO, resultado de la fusión del ABC el diario monárquico de la familia sevillana Luca de Tena, con El Correo Español – El Pueblo Vasco, perteneciente a las familias de la oligarquía financiera e industrial del barrio bilbaíno de Neguri. El Correo y el ABC son aún sus referencias. Poseen, además, medios autonómicos, provinciales y locales. En radio las pérdidas obligaron a cerrar Punto Radio que no despegó. En televisión, ha cedido el uso de su espacio, NetTV, a Paramount y Disney Channel. Por otra parte, el 25% de Net TV que posee la quebrada Intereconomía está en venta para pagar las indemnizaciones a su personal. Vocento es un grupo muy conservador, de la derecha tradicional, católica y monárquica, aunque hay diferencias de matiz entre los accionistas procedentes del ABC y los del Correo. Su referencia económica es el proyecto neoliberal.

– El Grupo PLANETA, tiene su origen en Editorial Planeta de la familia Lara. Tiene la mayoría del diario La Razón, en la línea PP, complaciente con Rajoy y entusiasta del neoliberalismo. Es el único diario que se ha consolidado frente a los gigantes del sector, conducido por su primer director que lo había sido de ABC, Luis María Anson. A través de Planeta de Agostini, participada al 50% con la italiana De Agostini, controla ATresMedia (42%), con Antena 3, la Sexta, Neox, Nova y Mega. El año 2014 el grupo tuvo una audiencia media del 27’7%. En radio tiene la red Onda Cero, la tercera en audiencia. Ideológicamente Planeta, a pesar de que la familia es de un perfil cercano al franquismo sociológico, se adapta a las audiencias de cada medio, manteniendo la Sexta un perfil más progresista, dependiendo de personajes de referencia, caso de Jordi Évole o Wyoming. Sin embargo, la programación está bajo control del grupo, este agosto, p.e., ha sustituido El Intermedio por el refrito de Trending Topic, con malos resultados de audiencia. En la Sexta participa también su antiguo propietario, Imagina, con un 9%,  y, con el 19’5%, el gigante alemán Berstelmann, que controla el mayor grupo editorial del mundo y el mayor operador de radio y TV de Europa. Nota anecdótica, Berstelmann ha reconocido que colaboró en su día con los nazis.

– El Grupo Godó, perteneciente a la familia de los Condes de Godó, construido sobre La Vanguardia, el clásico diario liberal, tiene, además, el Mundo Deportivo. Posee 8TV y  RAC1. Participa en la Cadena Ser, con un 18%, en alianza con Prisa. En Catalunya estaba en la línea de la sociovergencia, actualmente con la edición en catalán el apoyo de la Generalitat le es fundamental. En economía participa del pensamiento neoliberal.

– Grupo Zeta, que perteneció a la familia Asensio, desde 2008 los bancos acreedores lo gestionan, en torno a su referente Intervíu, la revista de desnudos, con reportajes de interés que no suelen leerse y El Periódico de Catalunya, cercano al PSC-PSOE, y ahora a la Generalitat convergente y, claro, a los bancos, que se quedaron con la propiedad. En economía se atiene a los puntos de vista convencionales, esto es al paradigma neoliberal.

– Grupo Mediaset la cadena de TV de más difusión, 30’7% de cuota. Pertenece a Fininvest (41’2), de Silvio Berlusconi, y a Prisa el 13’65%. Tiene dos grandes canales de TV generalistas, Telecinco y Cuatro, y otros especializados, Factoría de Ficción, Divinity, Energy y Boing. Cuenta, además, con la agencia de noticias Atlas y una productora de audiovisuales. La línea de Telecinco es el entretenimiento más zafio, exaltación de lo visceral y de las vísceras. Sus informativos suelen ser bastante anodinos. Pero en economía repite la vulgata neoliberal.

Fuera de esos grandes grupos queda la prensa más local, entre la que destaca el Grupo Prensa Ibérica, de Javier Moll (presidente del Consejo de la Empresa Familiar, un grupo de alto nivel de estrategia y presión de los plutócratas, donde coincide con directivos de los grupos Godó y Prisa), con una quincena de diarios locales y provinciales, y el Grupo Joly de Andalucía. Queda la Iglesia con gran presencia en la Radio con la Cope, la segunda red en audiencia, y pequeña en televisión con 13TV, manteniendo un perfil muy ultra. Queda la prensa gratuita, reducida a 20 minutos, que la transnacional noruega Schibsted vendió en junio de 2015 al Grupo del Heraldo de Aragón. En julio se anunciaba una reducción de 1/3 de la plantilla.

También permanecen los medios públicos audiovisuales aunque parecen una reliquia. La Corporación de Radio y Televisión Española, privada de la fuente de ingresos publicitarios por el gobierno zapatero, y lanzada al precipicio por el de Rajoy, ha tenido datos de audiencia sobre todo en TV, 16’7% en 2014, cada vez peores. Lo mismo ha ocurrido con la cadena de canales autonómicos, La Forta, con el 8%.

En conclusión, España, es un ejemplo de lo que ocurre en todo el mundo. Los medios pertenecen a grandes conglomerados del sector, que a su vez están comprometidos y pertenecen a grandes empresas de otros sectores. El modelo de lectores/publicidad era del 60/40%, de forma que, no sólo los propietarios, sino también los anunciantes tenían influencia y, como mínimo, inmunidad ante los medios correspondientes.

No obstante, la crisis del consumo y en menor medida la introducción de Internet ha hundido la publicidad. De 2007 a 2013 el gasto ha pasado de 8.000 a 5.600 millones. Pero el reparto es desigual, TV bajó un 50% y la radio un 40, pero los periódicos han perdido el 65%. Internet aumentó su participación en el gasto publicitario del 11,4 al 21’03%, 300 millones más, pero el gasto conjunto se redujo 2.400. Pero eso no ha aumentado la independencia de los medios, sino que la ha reducido respecto de los pocos grandes anunciantes que quedan. El resultado ha sido la propiedad directa de los bancos y las finanzas especulativas, mientras el capital transnacional, en especial italiano, se ha hecho con una posición de dominio. Las grandes empresas audiovisuales estadounidenses mantienen una emisión directa de sus productos.

En definitiva los poderes se les apañan para influir en los medios. También el gobierno de turno. Vozpopuli, dando la noticia de la suspensión del programa de Wyoming en la Sexta, publica que un miembro del gabinete de Rajoy declaró recientemente que <<el «martilleo» al que estas empresas han sometido al Gobierno podría perjudicar a estas televisiones en el próximo reparto de licencias de TDT.>> (http://vozpopuli.com/economia-y-finanzas/64905-presiones-del-gobierno-a-las-tv-privadas-no-quiere-sustos-antes-de-las-generales).

  1. El control de los medios y el mensaje

Pero no sólo el gobierno presiona. Son más las presiones de los medios de negocios. P.e. la patronal eléctrica se quejó oficialmente a José Manuel Lara por el programa de Jordi Ébole “Oligopoly: el juego de la energía”. Pero generalmente las presiones son más discretas, y más exitosas, y no todos los periodistas son Ébole. Es evidente que un medio de comunicación siempre tendrá en cuenta los intereses de sus propietarios, y hoy la propiedad representa una auténtica maraña de intereses. Si el máximo ejecutivo de una gran empresa, tiene problemas con Hacienda o con los juzgados, es evidente que los medios más cercanos no harán sangre sobre el particular.

Los medios de comunicación son un sector de negocios. Pero un negocio muy especial. Entre las mercancías que vende al público/clientela, información y entretenimiento, se desliza otra, la persuasión de la ciudadanía que vende a quien pueda pagar. Ya hemos visto la publicidad.

Cualquiera que desee influir sobre la ciudadanía, y disponga de dinero, puede hacerlo. Y algunos con éxito. Las ideas e intereses de la gente con dinero y poder serán servidos, los valores del poder y los privilegios de la plutocracia, tal como ésta los entiende, en este momento el proyecto neoliberal, son el referente de los grandes medios.

En el libro del profesor Reig titulado los “dueños del periodismo”, se relata cómo los partidos políticos que llegan al poder durante y después de la transición se hacen una posición de predominio en la información y la comunicación, con el fin de convencer a la opinión pública, usando su sintonía con los medios o su proximidad a quienes manejan grandes recursos. Es esa red habitual de intereses público-privados, con un poder intenso, pero coyuntural, el político, y un poder a largo plazo, los grandes patrimonios y los dueños o jefes ejecutivos de las grandes empresas.

El profesor Ramón Reig, uno de los grandes teóricos e investigadores contemporáneos sobre la comunicación, en su libro los dueños del periodismo, nos cita el caso de la creación de un grupo de comunicación favorable al PP, por parte del gobierno Aznar. Sigamos su relato:

“En 2007, TVE… censuró una entrevista… (de) Jesús Quintero… (al)… periodista deportivo José María García… que se declaraba simpatizante del PP y de Aznar, (en la que) narra cómo se gestó… el multimedia… (al servicio del) gobierno de Aznar… García le aconseja a Aznar que (lo) forme… a través de Telefónica. Con el consentimiento del presidente, García va a plantearle el tema a José Luis de Villalonga, entonces primer presidente de la telefónica privatizada… <<Necesitas prensa, radio y televisión>>, asevera García a Villalonga. <<Prensa ya la tengo, El Mundo>>, contesta Villalonga. <<Entonces, la radio, habla con los ciegos.>> <<¿Por qué?>>, responde sorprendido Villalonga. <<Porque son los dueños de Onda Cero>>… <<Tienes que abordar también a Antena 3TV.>> <<Imposible, no me hablo con Asensio>>… (Antonio Asensio a la sazón dueño del Grupo Z y presidente del canal televisivo). <<Yo seré el mediador>> intercede García… La entrevista es muy suculenta… ya que coloca ante el público masivo datos relativos a los dueños del poder y del periodismo… Por otra parte, el periodista carga contra el mismo Aznar y determinados accionistas de la Cope, es decir, no estamos ante una entrevista sectaria”. Léase referencia páginas 234-236 Ramón Reig: “Los dueños del periodismo – claves de la estructura mediática mundial y de España”, serie multimedia, gedisa, 2011. Ver en www.elmundo.es/especiales/2007/02/comunicacion/quintero_garcia/index_menosfotos.html

 

Miguel Carpio

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