El paquete no cuenta con el visto bueno de los movimientos que llevan décadas peleando por poner fin al problema de la emergencia climática.
Día agridulce para el futuro del planeta. La Comisión Europea ha hecho público su paquete legislativo Fit to 55, una batería de propuestas “para hacer que las políticas de clima, energía, uso del suelo, transporte e impuestos de la UE sean adecuadas para reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030, en comparación con los niveles de 1990”, señalan desde el Ejecutivo comunitario. Un objetivo que para las organizaciones ecologistas no es suficiente y queda lejos de lo planteado por el Panel Internacional de Expertos sobre el Cambio Climático. Hasta ahora el objetivo europeo era del 40%.
El plan, enmarcado en el Pacto Verde Europeo, es que la Unión sea climáticamente neutra en 2050. Entre las medidas más importantes plantea que todos los automóviles nuevos registrados a partir de 2035 sean cero emisiones, para lo cual la UE exigirá un crecimiento de las infraestructuras de repostaje eléctrico y de combustibles “alternativos”. En concreto, cada 60 kilómetros deberá haber puntos de repostaje para carga eléctrica y cada 150 kilómetros para el repostaje de hidrógeno. La Ley de Cambio Climático española, sin embargo, plantea la prohibición de los diésel, gasolina e híbridos en 2040, lo que obligará a actualizarla al Gobierno de ser aprobado el plan Fit to 55.
El nuevo objetivo climático europeo, sin embargo, tiene aún un largo camino legislativo hasta su aprobación y podría encontrar resistencias de los gobiernos europeos menos propensos a actuar ante la crisis.
La aviación, al mercado de emisiones
La Comisión propone asimismo eliminar gradualmente los derechos de emisión gratuitos para la aviación, alinearse con el Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (Corsia) e incluir las emisiones del transporte marítimo por primera vez en el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE.
El queroseno para aviación está exento de impuestos actualmente, siendo una reivindicación histórica de las organizaciones que forman el Movimiento por el Clima que se grave este combustible altamente contaminante. La aviación es causante de al menos el 5,9% de los gases de efecto invernadero, según datos de la propia Comisión Europea.
Obtener un 40% de cuota de renovables en 2030, una revisión del Sistema de Comercio de Derechos de Emisión —ETS, que ahora incluirá el transporte marítimo y por carretera, además de las emisiones provocadas por los hogares— y la constitución de un fondo social de acción climática al que irán a parar no menos de la mitad de los ingresos generados en el ETS son otras de las medidas planteada en el programa europeo.
Entre las novedades se plantea además la creación de aranceles para importaciones industriales de países con pobres compromisos de ambición climática
Plan “insuficiente”
El paquete, sin embargo, no cuenta con el visto bueno de los movimientos que llevan décadas peleando por poner fin al problema de la emergencia climática. La confederación Ecologistas en Acción señala que “ni el compromiso europeo ni el español están en línea con la ciencia” y denuncia “la insuficiencia de este marco normativo y lo inadecuados que son algunos de los mecanismos utilizados para enfrentar la emergencia climática”.
En particular, los ecologistas critican los mercados de carbono, “que permiten que sean los agentes económicos y no las autoridades públicas las que regulen la descarbonización de la economía”. Una reducción del 55% resulta insuficiente como objetivo para el colectivo, que plantea que para frenar la crisis global se requiere “reducciones de emisiones muy superiores a las comprometidas en este paquete”. Una cifra del 65%, que implica reducciones del 70 % en los sectores cubiertos por el Sistema de Comercio de Derechos de Emisión de la UE, y al menos del 50 % en los sectores del Reglamento de Reparto de Esfuerzos.
La presidenta de la Comisión Europea, sin embargo, se ha mostrado exultante al declarar este miércoles que “la economía de los combustibles fósiles ha llegado a sus límites”. “Queremos dejar a la próxima generación un planeta saludable, así como buenos empleos y un crecimiento que no dañe nuestra naturaleza. El Pacto Verde Europeo es nuestra estrategia de crecimiento que avanza hacia una economía descarbonizada”, indicaba
Pablo Rivas
El Salto