En la actualidad una Sicav tributa las ganancias que tenga dentro del ejercicio fiscal anual al 1% y si reparte beneficios, las personas físicas que los cobran deben tributar un 21% en el IRPF por esos beneficios
Por allá en los años 60-70, el gobierno de aquel entonces dicta una ley para la creación de un tipo de sociedad anónima pensada en teoría para pequeños ahorradores, para que éstos pudiesen invertir mejor sus ahorros en inversiones mobiliarias (acciones, fondos de inversión, deuda de los gobiernos, etc.), que sólo tributaría un 1% en el Impuesto de Sociedades en vez de lo que tributaban las demás sociedades; en estos momentos el IS Impuesto de Sociedades, es del orden de un 30%.
Obligatoriamente esas sociedades tenían que tener un mínimo de 100 accionistas, y un capital mínimo a precios actuales de 2,4 millones de €, y las inversiones tenían que ser inversiones mobiliarias (de activos financieros). Por tratarse de inversiones financieras estas sociedades estarían reguladas por el CNMV, (Comisión Nacional del Mercado de Valores) ósea el regulador de la Bolsa Española.
Dicho y hecho se crea esa sociedad que pasó a llamarse SICAV, acrónimo de Sociedad de Inversión de Capital Variable.
En la actualidad una Sicav tributa las ganancias que tenga dentro del ejercicio fiscal anual al 1% y si reparte beneficios, las personas físicas que los cobran deben tributar un 21% en el IRPF por esos beneficios
En comparación una Sociedad Anónima (una empresa industrial por ej.) tributa las ganancias que tenga dentro del ejercicio fiscal anual al 30% y si reparte beneficios las personas físicas que los cobran deben tributar un 21% en el IRPF por esos beneficios.
Rápidamente las grandes fortunas vieron la posibilidad de tributar sólo por ese 1% y con la ayuda de sus asesores financieros y de los bancos, crearon también ese tipo de sociedades las Sicavs en las que el rico es el socio principal y los otros 99 son socios de relleno, a veces los propios empleados de los bancos sin que muchas veces esos empleados lo sepan. A esos socios de relleno se les llama “mariachis” porque bailan y cantan al son que les marcan.
La Hacienda Pública descubre rápidamente el fraude y en el año 2005 más de 300 Sicavs son denunciadas.
Inmediatamente las Sicavs afectadas, por indicación de la CNVM y la de la asociación de Sicavs y Fondos de inversión llamada INVERCO, recurren las actas de denuncia.
Y así en el 2007 el Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC), dicta una resolución en la que dictamina que la Inspección de Hacienda no es competente para quitar la calificación de SICAV a efectos fiscales a esas sociedades denunciadas, ya que a eso compete únicamente a la CNVM, a pesar de que previamente la Audiencia Nacional había dado la razón a Hacienda.
De tal forma que esas sociedades privilegiadas por ese tratamiento comenzaron a proliferar y en el año 2011, según los listados de la CNMV había unas 3.100 Sicavs que manejaban patrimonios personales del orden de 27.000 millones de euros.
Antes hemos comentado que si un titular de una Sicav retira beneficios tiene que pagar por esa cantidad un 21% en su IRPF en concepto de Rentas de Capital. Pues bien la realidad es otra, pues existe un chanchullo legal que consiste en que retiran ese dinero en concepto de disminución del capital social de la Sicav, es decir reducen el capital social de la Sicav reduciendo el número de acciones, y esa reducción de capital sólo tributa un 1% en concepto de transmisión patrimonial, en vez del 21% que tendría que tributar si fuese beneficios.
En estos momentos después de las subidas de impuestos habida especialmente a las clases media y baja, se pide repetidamente que se suba la tributación a las Sicavs a lo que voces del Gobierno y de diferentes organismos oficiales entre ellos la CNMV responden que eso sería perjudicial para la economía española y en particular para la salud de las acciones que cotizan en Bolsa ya que dejarían de ser compradas y vendidas si las Sicavs se fuesen de España.
Perjudicial para Hacienda no sería porque en el supuesto de que las Sicavs se fuesen de España, Hacienda sólo perderían unos 10 millones de euros al año pues calculen, esos 27.000 millones que había en el 2011 de patrimonios personales invertidos en las Sicavs en el supuesto de un beneficio anual del 4% y una tributación del 1% sobre ese beneficio el resultado es unos 10 millones que sería la cantidad que perdería Hacienda.
La razón a la oposición a que se vayan las Sicavs es otra y es que hay intereses privados para que no se vayan, en concreto que esos miles de millones de acciones que las Sicavs poseen representan una suculenta fuente de ingresos para las entidades financieras que llevan la custodia de esas acciones y no digamos para esa empresa privada que es BME Bolsa y Mercados Españoles que lleva la gestión de la Bolsa y que dejaría de cobrar la comisión de cada compra y venta de esos miles de millones de acciones que anualmente realizan ganen o pierdan las Sicavs en la Bolsa española.