La politóloga Susan George desgrana en Plan B siete razones para «odiar» el TTIP

La presidenta de honor de ATTAC cree que cualquier ciudadano tiene al menos un motivo para oponerse al polémico acuerdo, al que insiste en comparar con un vampiro

Lola Sánchez, de Podemos, critica a Pablo Iglesias por no hacer explícito el rechazo de la formación al acuerdo de libre comercio entre la UE y EEUU

20/02/2016

susan george

 

 

 

 

 

 

 

«No hay nada bueno en el TTIP y todo ciudadano puede encontrar una razón al menos para odiarlo». Con esta contundencia contra el polémico acuerdo de libre comercio que negocian la UE y Estados Unidos se ha expresado este sábado la politóloga y analista francoamericana Susan George durante su participación en un taller de debate sobre la Nueva Generación de Acuerdos comerciales en el marco del Plan B en el Matadero de Madrid.

George ha insistido en comparar el TTIP con «un vampiro» y ha instado a los asistentes a exponerlo a la luz y convertirse en «cazadores de Dráculas» para «acabar con él» y conseguir «un futuro democrático y estable». «Hay tantas cosas en nuestra vida diaria que van a cambiar si el TTIP se aprueba que vamos a arrepentirnos si no estamos activos», ha dicho la presidenta de honor de la  Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC), que ha desgranado una lista de consecuencias que tendría su aprobación.

  1. «Vamos a perder a muchos de nuestros agricultores, un tercio, sobre todo los pequeños que hacen alimentos orgánicos, biológicos, ganaderos»… Los pequeños agricultores europeos «no van a poder competir» con los estadounidenses si se eliminan los aranceles o se reducen drásticamente, como pide EEUU.
  2. «La salud pública se va a deteriorar en gran medida». Según George, el acceso «va a ser más difícil y más caro» porque las empresas farmacéuticas «han sido muy activas en su labor de lobby y van a a acabar con los genéricos», copias de los originales mucho más baratas. Estas empresas han presionado «para que pasen por los mismos exámenes que ya superaron hace 15 años y será mucho más caro para los productores» ponerlos en el mercado. Además, «se va a aumentar el consumo de alcohol y tabaco» porque cualquier medida para reducirlo «va a ser eliminada» por los tribunales de arbitraje que prevé el TTIP, conocidos como ISDS.
  3. «Los servicios públicos, incluyendo salud y educación, se van a reducir». Según George, el TTIP favorecería el desarrollo de la escuela pública privada en detrimento de la pública. «Uno de los objetivos del capitalismo es invadir los espacios que dependían hasta ahora de los gobiernos».
  4. «La ciencia va a retroceder porque los estadounidenses quieren un sistema que demuestre 100% que un producto es peligroso» para que se pueda impedir su comercialización.
  5. «La legislación progresista va a recibir duro golpe. Hemos visto cómo Egipto quería subir salario mínimo y fue demandado por una compañía francesa».
  6. «Se va a acelerar el cambio climático por impulso al petróleo» y los tribunales ISDS «van a ser el instrumento en este ámbito. Ha habido casos de compañías petroleras que sabemos que están esperado que se apruebe el tratado para invadir nuevos espacios».
  7. «Más presión sobre la democracia en todos los ámbitos» porque «la justicia se va a sustituir por tribunales privados», y los denominados «mecanismos de cooperación» van a permitir que las compañías creen las normativas y las reglas y no van a ser los legisladores electos los que hagan las leyes, sino ellas».

Durante el taller, Lola Sánchez, eurodiputada de Podemos, ha instado a «empezar a poner ejemplos» a la ciudadanía y a cada uno de los sectores sobre «lo que va a pasar si se aprueba» el tratado, dado que los medios de comunicación «nos bloquean». Sánchez ha criticado a los «grandes portavoces» de su partido y, en particular, a Pablo Iglesias, por no hacer más explícita su oposición al tratado. Pese a que el rechazo al TTIP es una «línea roja» planteada al PSOE en las negociaciones para formar Gobierno, echa de menos un mayor posicionamiento explícito de los líderes nacionales del partido, que llegan «a millones de personas» en España, en una batalla que se gana «en la calle y sobre todo en el nivel local».

Sánchez ha extendido a los dos grandes sindicatos, CCOO y UGT. «Cuando en Berlín salen 250.000 personas a la calle para decir ‘no queremos el TTIP’ tiene un valor enorme. La Comisión Europea se tambalea».

Por su parte, John Hilary, de la organización británica War on Want, ha recordado una conversación con la comisaria europea de Comercio, Cecilia Mallstrom (responsable de liderar las negociaciones del TTIP por parte europea) en la que ésta le dijo: «No tomo mi mandato de los europeos». «Básicamente dijo que no le importaba la democracia», ha señalado Hilary, que considera el TTIP «una extensión de las políticas europeas: «Nos dicen que no hay alternativa a tratados de comercio como le dijeron a los griegos que no había alternativa a la austeridad». El británico ha instado a que el plan B y el manifiesto que salga de este encuentro en el centro cultural Matadero de Madrid «digan que tenemos que desafiar los tratados europeos, que son el origen de estos acuerdos, de la austeridad permanente y de la crisis de refugiados».

 

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